La radioterapia es una forma de tratamiento del cáncer y se enfoca en áreas muy específicas y delimitadas. Consiste en recibir radiaciones durante unos minutos con una máquina en el lugar específico. La máquina es grande, hace ruido y se mueve alrededor del niño, pero nunca lo toca. No va a sentir ni ver la radiación y no es doloroso.
Este tratamiento lo aplica un oncólogo radiólogo en el área de radioterapia del hospital. Cada niño lleva un tratamiento individualizado y varía el número de sesiones de acuerdo con el tipo de tumor, tamaño y localización.
Se pueden presentar uno, varios, o ningún efecto secundario y sólo temporalmente. Los más comunes son: pérdida del cabello, náuseas, vómito, fatiga y cambios en la piel.