En primer lugar

A pocos días de haber disfrutado de los Juegos Paralímpicos, nos queda la hermosa imagen de jóvenes que dan todo de sí, a pesar de su discapacidad, para ganar la medalla de oro. Aunque la de plata y bronce tienen su respectivo valor, la meta es colgarse la medalla dorada.

Sin quitar mérito a quienes participan en la Olimpiada, es indudable el asombro que provoca ver a deportistas con inimaginables prótesis, sillas de ruedas especiales, etc., adaptadas a sus necesidades. En ello participan licenciados en órtesis y prótesis, ingenieros biónicos, especialistas en diseño, médicos, investigadores, entre otros. También cuentan con todo un equipo para su preparación técnica y emocional. Tal vez no alcancemos a dimensionar todo el trabajo de años que estos deportistas desarrollan para medirse con los mejores de cada categoría.
Una parte sumamente importante dentro de este mundo del deporte son los patrocinadores. Entrega, lucha, superación personal, trabajo en equipo, respeto e igualdad son tan solo algunos de los valores positivos que se asocian con el deporte. Por ello, para muchas empresas resulta interesante unir su marca a estos méritos a través de un patrocinio deportivo.

Lejos de ser un mero respaldo financiero, el patrocinio deportivo se ha convertido en una alianza estratégica entre equipos, deportistas o acontecimientos, y marcas que desean destacar en un escenario cada vez más globalizado.

¿Qué tiene que ver todo lo anterior con el Mes Dorado, que mundialmente se celebra en septiembre para la concientización sobre el cáncer infantil y juvenil? Respondamos mejor a la siguiente pregunta:

¿POR QUÉ ORO PARA QUIENES PADECEN EL CÁNCER INFANTIL Y JUVENIL?

El color dorado nace del oro, un metal muy apreciado y valorado. Así concebimos la SALUD de los usuarios en Casa de la Amistad para niños con cáncer. Determinación, inspiración, coraje e igualdad son los valores del deporte paralímpico, y coincidimos con ellos.
Enfrentar el reto de sobrevivir al cáncer requiere de gran coraje por parte del afectado y su familia. Se dice fácil, pero son años de lucha: recaídas, duros protocolos a seguir, efectos de los medicamentos, y cuando se requiere, operaciones o amputaciones. Es necesario un equipo profesional para su atención cuando se internan en un hospital: médicos oncólogos pediatras, enfermeras especializadas, cirujanos… La estadía en un hospital es dura, aun así, son pocos los que, apoyados por Casa de la Amistad, abandonan el tratamiento, porque tienen la determinación de vivir, vencer y ganar.

En Casa de la Amistad para Niños con Cáncer, se brinda el apoyo de profesionales que aumentan la esperanza de recuperación a familias de bajos recursos sin ningún costo. En ella se hospeda, alimenta, atiende requerimientos emocionales, educativos y sociales, provee a los usuarios del medicamento apropiado, entre otras necesidades primarias, todo ello con el trabajo del personal calificado, en igualdad de condiciones para cualquier usuario y su familia. Tenemos la firme determinación de impulsar a cada uno a alcanzar la meta: recuperar la SALUD.

Es inspiradora la fuerza que tienen los niños y jóvenes con cáncer para vivir con los efectos de la enfermedad… para aferrarse a la vida misma.

¿La salud merece un primer lugar en nuestra vida? Posiblemente no nos lo hemos planteado así, porque la tenemos de alguna manera.
¿Hacemos lo posible por procurarla para otro?
Si es así, ambos merecemos una medalla de oro.