Cuando alguien en la familia está enfermo de cáncer, la rutina y los roles de todos en casa cambian o tienen que reajustarse.
Hay que acudir puntualmente a las visitas al médico y a los tratamientos. Algunos pacientes tienen que recibir su tratamiento lejos del lugar donde viven y eso hace que se divida la familia: uno de los padres irá con el niño al hospital y el otro tiene que hacerse cargo de la casa y de los demás hijos. Si en la familia solo se cuenta con uno de los padres es muy importante buscar apoyo entre los familiares, vecinos o gente cercana y de confianza para cuidar a los niños que se quedan en el hogar. Hay que explicar a la familia el motivo de la ausencia.
Para sobrellevar estos cambios, Casa de la Amistad apoya con albergue, transporte y alimentación a las familas que tienen que trasladarse desde su lugar de origen hasta la Ciudad de México para continuar con el tratamiento de sus hijos.
Recuerda que todos estos cambios son sólo una etapa y será pasajera. ¡Ánimo!