Las empresas, como parte activa de la sociedad, tienen la tarea de asumir un compromiso ético y sostenible para todas sus operaciones. Así, la responsabilidad social se convierte en un elemento clave en la construcción de una reputación sólida y la obtención del éxito empresarial sostenible.
Al mismo tiempo, los consumidores, empleados y la sociedad en general instan a las organizaciones a tomar una posición mucho más consciente de su impacto en el entorno.
Nueve de cada 10 encuestados estarían dispuestos a pagar un precio más alto si el producto está hecho con materiales reciclados, sustentables o amigables con el ambiente, así como fabricados por empresas que tienen buena reputación porque llevan a cabo prácticas éticas, de acuerdo con el estudio Global Consumer Insights Survey capítulo México, elaborado por la consultora PwC.
La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) es un modelo de gestión, en el que las organizaciones hacen el compromiso de regirse bajo ciertos valores éticos. En ese sentido, las personas, el impacto social y ambiental se convierten en factores clave que rigen sus prácticas.
Las empresas que se rigen bajo responsabilidad social implementan prácticas para reducir su huella ambiental y mejorar las comunidades en las que operan. Por ejemplo, a través de proyectos como reciclaje o apoyar causas benéficas.
Las decisiones que se toman en estas organizaciones están basadas en principios éticos, transparentes y justos, al mismo tiempo que buscan promover el respeto a los derechos de sus colaboradores.
Los principales objetivos que persigue la RSE son:
La responsabilidad social empresarial es un enfoque que implica que las empresas adopten prácticas éticas y sostenibles, dado que tienen un efecto en la sociedad, su entorno y el medio ambiente. Pero también pueden obtener grandes ventajas:
Para que la implementación de actividades de responsabilidad social empresarial sea exitosa, es importante considerar un enfoque estratégico y compromiso de largo plazo.
El primer paso siempre será definir los objetivos que se quiere alcanzar y cómo deberá hacerse. Estas metas deben ser medibles y estar alineadas con la misión y visión de la organización.
Evalúa las acciones de responsabilidad social que tendrán un mayor impacto tanto en la sociedad, como en el entorno, aquí podrían considerarse alternativas cómo ahorro de energía, gestión de residuos, colaboración con organizaciones sociales o prácticas inclusivas.
Además, es importante que seas claro y comuniques a tus colaboradores todos los esfuerzos que se están realizando, ya que ellos serán parte clave en el proceso de implementación.
Por último, es fundamental monitorear el funcionamiento de las iniciativas que se han adoptado, así podrán realizarse ajustes a la estrategia en caso de ser necesario.
Como podrás ver, la responsabilidad social empresarial no solo es beneficiosa para la sociedad, sino que también puede tener un impacto positivo en la rentabilidad y la sostenibilidad a largo plazo de las empresas.
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