Las organizaciones sin fines de lucro se encuentran a la vanguardia en la búsqueda de soluciones a los desafíos sociales y medioambientales. En este escenario, las alianzas no lucrativas emergen como pilares esenciales para materializar estas soluciones con impacto tangible.
Estas colaboraciones estratégicas se convierten en el vehículo que potencia el alcance y la eficacia de las iniciativas solidarias al conectar a diversos actores con un propósito compartido: mejorar la calidad de vida, abordar las desigualdades y preservar nuestro preciado planeta.
En 2022, las actividades del sector no lucrativo equivalieron a 823,413 millones de pesos, de acuerdo con datos del Inegi. Esto representó un 2.9% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional.
Este monto está integrado por las actividades de las Instituciones Sin Fines de Lucro (ISFL) privadas, públicas y la valoración económica del voluntariado.
Cabe destacar que son las personas y las comunidades quienes se ven beneficiadas con los bienes y servicios que generan estas instituciones, en alianza estratégica con las empresas.
Existen diferentes tipos de alianzas no lucrativas, ya sea entre organizaciones no gubernamentales (ONG) o con empresas privadas:
La colaboración entre empresas y organizaciones no gubernamentales es fundamental para alcanzar los objetivos que se fijan las ONG y llegar a las personas que más lo necesitan.
Sin embargo, también hay ventajas para las empresas:
Finalmente, la colaboración entre empresas y ONG puede ser una estrategia poderosa para generar un impacto positivo en la sociedad. Estas alianzas pueden crear un modelo de negocio más sostenible y ético, contribuyendo al bienestar social y ambiental a largo plazo.
Fuente:
Inegi, Cuenta Satélite de las Instituciones Sin Fines de Lucro de México (CSISFLM), 2022.